TE AYUDAREMOS A DESCUBRIR UNA CIUDAD QUE TE IMPRESIONARÁ
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Queremos ser ese amigo que te cuenta aquello que no debes perderte cuando visitas su ciudad.
Probablemente vienes a Mérida pensando en visitar el Teatro Romano. Haces bien. Sin duda es el edificio que más reconocimiento ha dado a nuestra ciudad y el que más ha influido en su desarrollo patrimonial, cultural, urbanístico, turístico y todos los demás -ísticos que se te ocurran. Pero, déjanos decirte que venir a Mérida, visitar su Teatro Romano e irte es desaprovechar una oportunidad única.
La UNESCO declaró a Mérida Patrimonio de la Humanidad por todo su conjunto arqueológico. Porque en Mérida puedes conocer todos los elementos que conformaban una ciudad romana. Y, por si eso fuera poco, puedes conocer como ha evolucionado esa ciudad a lo largo de más de dos mil años de historia. Testimonios prehistóricos, visigodos, árabes, medievales cristianos, modernos y, por supuesto, contemporáneos junto con un entorno natural admirable, hacen de Mérida una gran ciudad patrimonial.
Te daremos pistas para que tu visita sea tan singular como la ciudad que vas a conocer y para que planifiques la misma según el tiempo de que dispongas.
¿Ya han cerrado los recintos arqueológicos?. Sal a pasear. Mérida te ofrece otras posibilidades para disfrutar de su patrimonio.
A escasos metros del hotel, en la Plaza de Pizarro, puedes contemplar restos de una calzada romana. Desde allí, puedes dirigirte hacia la zona del teatro y anfiteatro romanos; en la calle José Ramón Mélida encontrarás el Museo Nacional de Arte Romano. Proyectado por Rafael Moneo para albergar la colección de piezas más importante de la Hispania romana, fue inaugurado en 1986. Su imponente y sobria fachada recubierta de ladrillo quizás te sugiera, como pretendía el arquitecto, “el orden de las dimensiones que, sin duda, tuvo en su día la Mérida romana”. Desde el exterior, podrás contemplar una calzada romana que, junto a otros restos arqueológicos hallados durante las excavaciones del solar, ha quedado integrada en el edificio.
Continúa por la misma calle hasta llegar a la de Sagasta. En ella encontrarás el Pórtico del foro colonial. El foro en la ciudad romana era el lugar donde se desarrollaba gran parte de la vida pública de los ciudadanos: la política, el comercio, la justicia o el culto a los dioses. Un espacio similar a las actuales Plazas Mayores. En el caso de Mérida, el foro se desarrolla en dos espacios: uno, en torno a este Pórtico y el otro, presidido por el Templo de Diana, con una gran plaza en su frente, que podrás contemplar bajando un poco más la calle.
Ahora puedes dirigirte hacia el Arco de Trajano. Por él se accedía a una gran plaza porticada presidida por un templo dedicado al culto imperial provincial -calle Holguín-. Al fondo de la plazoleta, puedes contemplar el Convento de las Concepcionistas, el último de los numeros conventos de Mérida que mantuvo su función original. Fundado a finales del siglo XVI, cuenta con dos portadas renacentistas de tradición gótica, adornadas posteriormente con motivos barrocos en el siglo XVIII.
Unos metros más adelante, en la Plaza de la Constitución, podrás ver el Parador de Mérida. Fue inaugurado en 1933, en el edificio que fue Convento-Hospital para convalecientes pobres que estuvo a cargo de los hermanos de la Orden Hospitalaria de Jesús Nazareno. El convento data del siglo XVIII.
A lo largo del recorrido que te hemos indicado, encontrarás un gran número de bares, mesones o restaurantes en los que las tapas son su gran apuesta. En el entorno del Arco de Trajano y en la Plaza de la Constitución, también se localizan bares de copas.
Por la calle Obispo y Arco, llegarás a la Plaza de San Juan de Dios. En ella podrás contemplar la Asamblea de Extremadura ubicada en el Antiguo Hospital de San Juan de Dios, construido en el siglo XVII.
Vuelve hacia la Plaza de España. Te sorprenderá. Es una plaza porticada cuyo origen se remonta a la época medieval. Las transformaciones más importantes se produjeron en el siglo XIX y principios del XX. A esas fechas corresponde la elevación de la plataforma central, la fuente y la mayoría de los edificios que actualmente rodean la plaza: el Ayuntamiento, el Casino, el Palacio de la China o las viviendas. Construcciones historicistas -neoclásicas, neoárabes- que conviven con edificios más antiguos, de origen medieval, como el Palacio de los Mendoza -Hotel Ilunion Mérida Palace- o la Concatedral de Santa María.
En la Plaza y su entorno también podrás degustar tapas o tomar una copa. Además, si el buen tiempo te acompaña, podrás conocer el ambiente más genuino de Mérida.
Para volver al Hotel te proponemos otro paseo. Solo alargarás el tiempo de vuelta diez minutos pero te merecerá la pena. Desde la Plaza, baja por la calle del Puente y llega hasta el Puente romano sobre el Guadiana. Recórrelo unos metros y podrás contemplar, iluminados, la muralla de la Alcazaba árabe y el Dique romano que tiene adosado. Ya puedes subir por la calle Cava y llegar a la Plaza del Rastro. Habrás ido rodeando parte de la Alcazaba y llegarás hasta el Conventual santiaguista que se edificó en su interior -actualmente Presidencia de la Junta de Extremadura-.
Si dispones de más tiempo, siguiendo los paseos del Guadiana y del Albarregas, llegarás al Acueducto de los Milagros. Cuando lo veas, sabrás que el paseo ha merecido la pena.
Opción 1. Mérida arqueológica. Si lo tuyo es la arqueología y el mundo antiguo, no lo dudes. Dedícate a recorrer los recintos arqueológicos.
Al lado del Hotel tienes la Casa del Mitreo. Allí mismo puedes comprar la entrada que te servirá para acceder a todos los recintos. Es una casa señorial en la que podrás comprender fácilmente como se estructuraban las casas de este tipo. Sus espacios estrictamente familiares y sus espacios sociales destinados a negocios o a recibir a invitados.
En el pavimento de una de sus salas contemplarás uno de los mosaicos más interesantes de los conservados en Mérida: el Mosaico Cosmológico. Una visión antropomórfica del mundo entonces conocido. El cielo, las nubes, los vientos, las estaciones del año, los montes, los ríos, los océanos…y las fuerzas que lo gobernaban.
Desde la casa de Mitreo, un camino flanqueado de cipreses y rosales te dirigirá hasta Los Columbarios con su centro de interpretación del mundo funerario romano. A la salida, en la vía pública, puedes contemplar un fragmento del acueducto Aqua Augusta procedente de Cornalvo.
El siguiente recinto será el del Teatro y Anfiteatro romanos. Sigue el recorrido que allí te indican y no te perderás ningún detalle. Seguro que has visto muchas fotografías del frente escénico del teatro pero solo cuando lo veas con tus propios ojos y te situes delante de él, entenderás la fascinación que provoca a todos los que han tenido la suerte de contemplarlo.
Ahora te puedes dirigir al Circo romano. Es un pequeño paseo de unos diez minutos. Pasarás por el Museo Abierto de Mérida donde podrás visitar los Museos de Prehistoria y de Geología. También puedes aprovechar para interiorizar todas las cosas bellas que ya has visitado. Guárdalas en tu memoria porque disfrutarás de nuevo de ellas cuando las recuerdes. En el Circo tienes un pequeño Centro de interpretación y un audiovisual que te ayudarán a conocer mejor este edificio. No te vayas sin subir a la terraza y contemplar, desde allí, una panorámica de todo el monumento. Al fondo, puedes ver el Silo, un edificio construído en 1951. Actualmente, es de los pocos edificios de la arquitectura industrial que se conservan en la ciudad como testimonio del desarrollo que este sector vivió en la ciudad en la década de los cincuenta del siglo XX.
Desde esta terraza también podrás ver el Acueducto de San Lázaro. De la conducción romana quedan tres pilares y los arcos intermedios. La otra que ves, se levantó en el siglo XVI. Al lado del acueducto, se conservan los restos de unos baños públicos construidos en el siglo II.
El siguiente recinto que puedes visitar es la Cripta de Santa Eulalia. En realidad, verás un conjunto de edificaciones levantadas para honrar a la mártir Santa Eulalia, patrona de la ciudad. Te encontrarás con una pequeña capilla construída para albergar una imagen de la santa y evocar el horno donde fue martirizada. Es el Hornito de Santa Eulalia, el lugar de culto a la mártir de mayor devoción popular. En el siglo XVII se reformó la capilla y se ornamentó con elementos de un templo romano dedicado al dios de la guerra, a Marte. La actual Basílica de Santa Eulalia se comenzó a edificar, trás la reconquista de Mérida en 1230, sobre los restos de una antigua basílica paleocristiana también dedicada a Eulalia. Las reformas que tuvieron que realizarse a lo largo del tiempo hace que podamos contemplar en ella elementos de diferentes estilos artísticos. A los pies de la Basílica, puedes ver el Convento levantado en el siglo XVI para albergar a las freylas de Santiago. En la Cripta, podrás conocer la evolución histórica de esta zona de la ciudad: casas romanas, necrópolis cristiana (desde el siglo IV) en la que se construyó un mausoleo en memoria de la Mártir, basílica dedicada a Eulalia (s. V) y la iglesia actual (desde 1230 hasta el presente).
Ahora puedes dirigirte a Morería. Da un paseo y hazlo dando un pequeño rodeo por la calle Marquesa de Pinares. No lo dudes, vas a poder pasear por debajo de la arquería de granito y ladrillo del impresionante Acueducto de los Milagros. Al lado, tienes el puente romano del río Albarregas. Si sigues por el paseo de este río, llegarás al del Guadiana y podrás conocer el Puente de hierro, construído en la segunda mitad del siglo XIX. Continúa por los paseos del Guadiana y llegarás al Área arqueológica de Morería. En este recinto podrás ver la evolución de un barrio romano hasta la actualidad. Sobre el yacimiento se levanta el edificio de las Nuevas Consejerías diseñado por Navarro Baldeweg.
Ya sólo te queda dirigirte al puente romano sobre el Guadiana, recorrer un tramo para poder ver el dique romano sobre el que se adosó la muralla de la Alcazaba y finalizar tu visita a los recintos entrando en la Alcazaba árabe. Este magnífico edificio es el paradigma de los 2000 años de historia de la ciudad. No dejes de visitarlo. El Hotel Vettonia te recomienda hacer dos cosas imprescindibles en este recinto: visitar el Aljibe, que reaprovecha bellísimas pilastras visigodas en sus entradas, y subir a la muralla de la Alcazaba. Desde aquí podrás ver el Guadiana, el puente romano y la Mérida más contemporánea, la surgida con el desarrollo urbanístico de los años ochenta del pasado siglo. No es casualidad que te hayamos indicado este recinto como el último de tu visita. Si tienes suerte, incluso podrás ver anochecer desde uno de los enclaves más espectaculares de la ciudad.
Opción 2. Mérida patrimonial. Si quieres tener una visión global de Mérida, conocer las huellas que dejan en una ciudad dos mil años de historia, te proponemos otro recorrido.
Al lado del Hotel se encuentra la Plaza de Toros. Inaugurada en 1914, responde a una construcción neomudejar. Actualmente, en su interior se ha establecido el Mercado de San Albín -por el nombre del cerro donde se asienta- donde diferentes locales ofrecen tapas muy variadas. Al lado, encontrarás la Casa de Mitreo. Allí mismo puedes comprar la entrada que te servirá para acceder a todos los recintos (no vas a visitar todos pero el precio no supone ningún inconveniente, además, esa entrada la puedes guardar y utilizar en otra ocasión que vuelvas a Mérida). Es una casa señorial en la que podrás comprender fácilmente como se estructuraban las casas de este tipo. Sus espacios estrictamente familiares y sus espacios sociales destinados a negocios o a recibir a invitados.
En el pavimento de una de sus salas contemplarás uno de los mosaicos más interesantes de los conservados en Mérida: el Mosaico Cosmológico. Una visión antropomórfica del mundo entonces conocido. El cielo, las nubes, los vientos, las estaciones del año, los ríos, los océanos…
Desde la casa de Mitreo, un camino flanqueado de cipreses y rosales te dirigirá hasta Los Columbarios con su centro de interpretación del mundo funerario romano. A la salida, en la vía pública, puedes contemplar un fragmento de la conducción hidráulica Aqua Augusta procedente de Cornalvo.
El siguiente recinto será el del Teatro y Anfiteatro romanos. Sigue el recorrido que allí te indican y no te perderás ningún detalle. Seguro que has visto muchas fotografías del frente escénico del teatro pero solo cuando lo veas con tus propios ojos y se situes delante de él, entenderás la fascinación que provoca a todos los que han tenido la suerte de contemplarlo.
Visita el Museo Nacional de Arte Romano. Proyectado por Rafael Moneo, fue inaugurado en 1986. Su imponente y sobria fachada recubierta de ladrillo quizás te sugiera, como pretendía el arquitecto, “el orden de las dimensiones que, sin duda, tuvo en su día la Mérida romana”. Desde el exterior, podrás contemplar una calzada romana que, junto a otros restos arqueológicos hallados durante las excavaciones del solar, ha quedado integrada en el edificio. El Museo alberga la colección de piezas más importante de la Hispania romana. No te lo pierdas.
Continúa por la misma calle hasta llegar a la de Sagasta. En ella encontrarás el Pórtico del foro colonial. El foro en la ciudad romana era el lugar donde se desarrollaba gran parte de la vida pública de los ciudadanos: la política, el comercio, la justicia o el culto a los dioses. Un espacio similar a las actuales Plazas Mayores. En el caso de Mérida, el foro se desarrolla en dos espacios: uno, en torno a este Pórtico y el otro, presidido por el Templo de Diana, con una gran plaza en su frente, que podrás contemplar bajando un poco más la calle.
Ahora puedes dirigirte hacia el Arco de Trajano. Por él se accedía a una gran plaza porticada presidida por un templo dedicado al culto imperial provincial -calle Holguín-. Al fondo de la plazoleta, puedes contemplar el Convento de las Concepcionistas, el último de los numeros conventos de Mérida que mantuvo su función original. Fundado a finales del siglo XVI, cuenta con dos portadas renacentistas de tradición gótica, adornadas posteriormente con motivos barrocos en el siglo XVIII.
Unos metros más adelante, en la Plaza de la Constitución, podrás ver el Parador de Mérida. Fue inaugurado en 1933, en el edificio que fue Convento-Hospital para convalecientes pobres que estuvo a cargo de los hermanos de la Orden Hospitalaria de Jesús Nazareno. El convento data del siglo XVIII. Entra en el Parador, a la derecha hay un salón en lo que fue la capilla del convento. Puedes visitar también el Claustro. Fíjate en las columnas. Son de época romana y reaprovechadas en el período musulmán como puedes ver en las grafías que conservan algunas de ellas. Al fondo del claustro, un pasillo te dirigirá al Jardín de Antigüedades. Se trata de la primera colección de piezas antiguas que, con carácter público, se instaló en Mérida.
Vuelve hacia la Plaza de España. Te sorprenderá. Es una plaza porticada cuyo origen se remonta a la época medieval. Las transformaciones más importantes se produjeron en el siglo XIX y principios del XX. A esas fechas corresponde la elevación de la plataforma central, la fuente y la mayoría de los edificios que actualmente rodean la plaza: el Ayuntamiento, el Casino, el Palacio de la China o las viviendas. Construcciones historicistas -neoclásicas, neoárabes- que conviven con edificios más antiguos, de origen medieval, como el Palacio de los Mendoza -Hotel …– o la Concatedral de Santa María. Entra en el Hotel, visita su patio y por un pasillo que hay a la derecha podrás acceder a la entrada de una casa del siglo XIX que se unió al Palacio para ampliar el hotel. En esta entrada podrás ver un patio neoárabe de comienzos del siglo XX, decorado con una estructura de hierro, yesería y azulejos. Espectacular.
En la Plaza, si el buen tiempo te acompaña, podrás conocer el ambiente más genuino de Mérida.
Dirígete al Puente romano sobre el Guadiana. Puedes bajar al río y pasar por uno de sus ojos o puedes recorrerlo y llegar hasta el río por alguno de sus descendederos. Tu eliges. Después, entra en el recinto de la Alcazaba árabe. Este magnífico edificio es el paradigma de los 2000 años de historia de la ciudad. No dejes de visitarlo. El Hotel Vettonia te recomienda hacer dos cosas imprescindibles en este recinto: visitar el Algibe, decorado en sus entradas con pilastras visigodas, y subir a la muralla de la Alcazaba. Desde aquí podrás ver el Guadiana, el puente romano y la Mérida más contemporánea, la surgida con el desarrollo urbanístico de los años ochenta del pasado siglo.
¿Te gusta pasear? Pues hazlo por los caminos acondicionados junto al río. Podrás ver el edificio de las Nuevas Consejerías, de Navarro Baldeweg. Pasarás por el Puente Lusitania, de Santiago Caltrava. Al otro lado del río puedes ver dos grandes edificios contemporáneos, la Biblioteca del Estado, proyectada por Luis Arranz, en forma de cubos entrelazados y el Palacio de Congresos y Exposiciones. Continúa tu paseo por el río y llegarás hasta el puente de hierro, el del ferrocarril, construído en la segunda mitad del siglo XIX. Puedes seguir por los paseos del río Albarregas y encontrarás el puente que los romanos levantaron para salvar este río. Al fondo, el Acueducto de los Milagros. Solo cuando estés junto a alguno de sus pilares de granito y ladrillo comprenderás la monumentalidad de la arquitectura e ingeniería romanas.
Continúa por la Calle Marquesa de Pinares y después sigue por la Avda. de Extremadura. A solo unos metros te encontrarás con un conjunto sorprendente, el dedicado a la mártir emeritense Eulalia, patrona de la ciudad. El Hornito de Santa Eulalia es una capilla levantada para albergar una imagen de la santa y evocar el horno donde fue martirizada. En el siglo XVII se reformó y se ornamentó con elementos de un templo romano dedicado al dios de la guerra, a Marte. La Basílica de Santa Eulalia se comenzó a edificar, trás la reconquista de Mérida en 1230, sobre los restos de una antigua basílica paleocristiana también dedicada a Eulalia. Las reformas que tuvieron que realizarse a lo largo del tiempo hace que podamos contemplar en ella elementos de diferentes estilos artísticos. A los pies de la Basílica, puedes ver el Convento levantado en el siglo XVI para albergar a las freylas de Santiago. En la Cripta, podrás conocer la evolución histórica de esta zona de la ciudad: casas romanas, necrópolis cristiana (desde el siglo IV) en la que se construyó un mausoleo en memoria de la Mártir, basílica dedicada a Eulalia (s. V) y la iglesia actual (desde 1230 hasta el presente).
Solo tienes que combinar los dos recorridos que proponemos en la propuesta 2. Te llevarás una visión bastante completa de la ciudad. Conocerás su patrimonio arqueológico -que le ha hecho estar entre los enclaves Patrimonio de la Humanidad- y conocerás como la historia va dejando su huella en una ciudad -lo que la hace especialmente singular-. Aquí te los ponemos:
Opción 1. Mérida arqueológica. Si lo tuyo es la arqueología y el mundo antiguo, no lo dudes. Dedícate a recorrer los recintos arqueológicos.
Al lado del Hotel tienes la Casa del Mitreo. Allí mismo puedes comprar la entrada que te servirá para acceder a todos los recintos. Es una casa señorial en la que podrás comprender fácilmente como se estructuraban las casas de este tipo. Sus espacios estrictamente familiares y sus espacios sociales destinados a negocios o a recibir a invitados.
En el pavimento de una de sus salas contemplarás uno de los mosaicos más interesantes de los conservados en Mérida: el Mosaico Cosmológico. Una visión antropomórfica del mundo entonces conocido. El cielo, las nubes, los vientos, las estaciones del año, los montes, los ríos, los océanos…y las fuerzas que lo gobernaban.
Desde la casa de Mitreo, un camino flanqueado de cipreses y rosales te dirigirá hasta Los Columbarios con su centro de interpretación del mundo funerario romano. A la salida, en la vía pública, puedes contemplar un fragmento del acueducto Aqua Augusta procedente de Cornalvo.
El siguiente recinto será el del Teatro y Anfiteatro romanos. Sigue el recorrido que allí te indican y no te perderás ningún detalle. Seguro que has visto muchas fotografías del frente escénico del teatro pero solo cuando lo veas con tus propios ojos y te situes delante de él, entenderás la fascinación que provoca a todos los que han tenido la suerte de contemplarlo.
Ahora te puedes dirigir al Circo romano. Es un pequeño paseo de unos diez minutos. Pasarás por el Museo Abierto de Mérida donde podrás visitar los Museos de Prehistoria y de Geología. También puedes aprovechar para interiorizar todas las cosas bellas que ya has visitado. Guárdalas en tu memoria porque disfrutarás de nuevo de ellas cuando las recuerdes. En el Circo tienes un pequeño Centro de interpretación y un audiovisual que te ayudarán a conocer mejor este edificio. No te vayas sin subir a la terraza y contemplar, desde allí, una panorámica de todo el monumento. Al fondo, puedes ver el Silo, un edificio construído en 1951. Actualmente, es de los pocos edificios de la arquitectura industrial que se conservan en la ciudad como testimonio del desarrollo que este sector vivió en la ciudad en la década de los cincuenta del siglo XX.
Desde esta terraza también podrás ver el Acueducto de San Lázaro. De la conducción romana quedan tres pilares y los arcos intermedios. La otra que ves, se levantó en el siglo XVI. Al lado del acueducto, se conservan los restos de unos baños públicos construidos en el siglo II.
El siguiente recinto que puedes visitar es la Cripta de Santa Eulalia. En realidad, verás un conjunto de edificaciones levantadas para honrar a la mártir Santa Eulalia, patrona de la ciudad. Te encontrarás con una pequeña capilla construída para albergar una imagen de la santa y evocar el horno donde fue martirizada. Es el Hornito de Santa Eulalia, el lugar de culto a la mártir de mayor devoción popular. En el siglo XVII se reformó la capilla y se ornamentó con elementos de un templo romano dedicado al dios de la guerra, a Marte. La actual Basílica de Santa Eulalia se comenzó a edificar, trás la reconquista de Mérida en 1230, sobre los restos de una antigua basílica paleocristiana también dedicada a Eulalia. Las reformas que tuvieron que realizarse a lo largo del tiempo hace que podamos contemplar en ella elementos de diferentes estilos artísticos. A los pies de la Basílica, puedes ver el Convento levantado en el siglo XVI para albergar a las freylas de Santiago. En la Cripta, podrás conocer la evolución histórica de esta zona de la ciudad: casas romanas, necrópolis cristiana (desde el siglo IV) en la que se construyó un mausoleo en memoria de la Mártir, basílica dedicada a Eulalia (s. V) y la iglesia actual (desde 1230 hasta el presente).
Ahora puedes dirigirte a Morería. Da un paseo y hazlo dando un pequeño rodeo por la calle Marquesa de Pinares. No lo dudes, vas a poder pasear por debajo de la arquería de granito y ladrillo del impresionante Acueducto de los Milagros. Al lado, tienes el puente romano del río Albarregas. Si sigues por el paseo de este río, llegarás al del Guadiana y podrás conocer el Puente de hierro, construído en la segunda mitad del siglo XIX. Continúa por los paseos del Guadiana y llegarás al Área arqueológica de Morería. En este recinto podrás ver la evolución de un barrio romano hasta la actualidad. Sobre el yacimiento se levanta el edificio de las Nuevas Consejerías diseñado por Navarro Baldeweg.
Ya sólo te queda dirigirte al puente romano sobre el Guadiana, recorrer un tramo para poder ver el dique romano sobre el que se adosó la muralla de la Alcazaba y finalizar tu visita a los recintos entrando en la Alcazaba árabe. Este magnífico edificio es el paradigma de los 2000 años de historia de la ciudad. No dejes de visitarlo. El Hotel Vettonia te recomienda hacer dos cosas imprescindibles en este recinto: visitar el Aljibe, que reaprovecha bellísimas pilastras visigodas en sus entradas, y subir a la muralla de la Alcazaba. Desde aquí podrás ver el Guadiana, el puente romano y la Mérida más contemporánea, la surgida con el desarrollo urbanístico de los años ochenta del pasado siglo. No es casualidad que te hayamos indicado este recinto como el último de tu visita. Si tienes suerte, incluso podrás ver anochecer desde uno de los enclaves más espectaculares de la ciudad.
Opción 2. Mérida patrimonial. Si quieres tener una visión global de Mérida, conocer las huellas que dejan en una ciudad dos mil años de historia, te proponemos otro recorrido.
Al lado del Hotel se encuentra la Plaza de Toros. Inaugurada en 1914, responde a una construcción neomudéjar. Actualmente, en su interior se ha establecido el Mercado de San Albín -por el nombre del cerro donde se asienta- donde diferentes locales ofrecen tapas muy variadas. Al lado, encontrarás la Casa del Mitreo. Es una casa señorial en la que podrás comprender fácilmente como se estructuraban las casas de este tipo. Sus espacios estrictamente familiares y sus espacios sociales destinados a negocios o a recibir a invitados.
En el pavimento de una de sus salas contemplarás uno de los mosaicos más interesantes de los conservados en Mérida: el Mosaico Cosmológico. Una visión antropomórfica del mundo entonces conocido. El cielo, las nubes, los vientos, las estaciones del año, los ríos, los océanos…
Desde la casa de Mitreo, un camino flanqueado de cipreses y rosales te dirigirá hasta Los Columbarios con su centro de interpretación del mundo funerario romano. A la salida, en la vía pública, puedes contemplar un fragmento del acueducto Aqua Augusta procedente de Cornalvo.
El siguiente recinto será el del Teatro y Anfiteatro romanos. Sigue el recorrido que allí te indican y no te perderás ningún detalle. Seguro que has visto muchas fotografías del frente escénico del teatro pero solo cuando lo veas con tus propios ojos y te situes delante de él, entenderás la fascinación que provoca a todos los que han tenido la suerte de contemplarlo.
Visita el Museo Nacional de Arte Romano. Proyectado por Rafael Moneo, fue inaugurado en 1986. Su imponente y sobria fachada recubierta de ladrillo quizás te sugiera, como pretendía el arquitecto, “el orden de las dimensiones que, sin duda, tuvo en su día la Mérida romana”. Desde el exterior, podrás contemplar una calzada romana que, junto a otros restos arqueológicos hallados durante las excavaciones del solar, ha quedado integrada en el edificio. El Museo alberga la colección de piezas más importante de la Hispania romana. No te lo pierdas.
Continúa por la misma calle hasta llegar a la de Sagasta. En ella encontrarás el Pórtico del foro colonial. El foro en la ciudad romana era el lugar donde se desarrollaba gran parte de la vida pública de los ciudadanos: la política, el comercio, la justicia o el culto a los dioses. Un espacio similar a las actuales Plazas Mayores. En el caso de Mérida, el foro se desarrolla en dos espacios: uno, en torno a este Pórtico y el otro, presidido por el Templo de Diana, con una gran plaza en su frente, que podrás contemplar bajando un poco más la calle.
Ahora puedes dirigirte hacia el Arco de Trajano. Por él se accedía a una gran plaza porticada presidida por un templo dedicado al culto imperial provincial -calle Holguín-. Al fondo de la plazoleta, puedes contemplar el Convento de las Concepcionistas, el último de los numeros conventos de Mérida que mantuvo su función original. Fundado a finales del siglo XVI, cuenta con dos portadas renacentistas de tradición gótica, adornadas posteriormente con motivos barrocos en el siglo XVIII.
Unos metros más adelante, en la Plaza de la Constitución, podrás ver el Parador de Mérida. Fue inaugurado en 1933, en el edificio que fue Convento-Hospital para convalecientes pobres que estuvo a cargo de los hermanos de la Orden Hospitalaria de Jesús Nazareno. El convento data del siglo XVIII. Entra en el Parador, a la derecha hay un salón en lo que fue la capilla del convento. Puedes visitar también el Claustro. Fíjate en las columnas. Son de época romana y reaprovechadas en el período musulmán como puedes ver en las grafías que conservan algunas de ellas. Al fondo del claustro, un pasillo te dirigirá al Jardín de Antigüedades. Se trata de la primera colección de piezas antiguas que, con carácter público, se instaló en Mérida.
Vuelve hacia la Plaza de España. Te sorprenderá. Es una plaza porticada cuyo origen se remonta a la época medieval. Las transformaciones más importantes se produjeron en el siglo XIX y principios del XX. A esas fechas corresponde la elevación de la plataforma central, la fuente y la mayoría de los edificios que actualmente rodean la plaza: el Ayuntamiento, el Casino, el Palacio de la China o las viviendas. Construcciones historicistas -neoclásicas, neoárabes- que conviven con edificios más antiguos, de origen medieval, como el Palacio de los Mendoza -Hotel Ilunion Mérida Palace- o la Concatedral de Santa María. Entra en el Hotel, visita su patio y por un pasillo que hay a la derecha podrás acceder a la entrada de una casa del siglo XIX que se unió al Palacio para ampliar el hotel. En esta entrada podrás ver un patio neoárabe de comienzos del siglo XX, decorado con una estructura de hierro, yesería y azulejos. Espectacular.
En la Plaza, si el buen tiempo te acompaña, podrás conocer el ambiente más genuino de Mérida.
Dirígete al Puente romano sobre el Guadiana. Puedes bajar al río y pasar por uno de sus ojos o puedes recorrerlo y llegar hasta el río por alguno de sus descendederos. Tu eliges. Después, entra en el recinto de la Alcazaba árabe. Este magnífico edificio es el paradigma de los 2000 años de historia de la ciudad. No dejes de visitarlo. El Hotel Vettonia te recomienda hacer dos cosas imprescindibles en este recinto: visitar el Aljibe, que reaprovecha en sus entradas bellísimas pilastras visigodas, y subir a la muralla de la Alcazaba. Desde aquí podrás ver el Guadiana, el puente romano y la Mérida más contemporánea, la surgida con el desarrollo urbanístico de los años ochenta del pasado siglo.
¿Te gusta pasear? Pues hazlo por los caminos acondicionados junto al río. Podrás ver el edificio de las Nuevas Consejerías, de Navarro Baldeweg. Pasarás por el Puente Lusitania, de Santiago Caltrava. Al otro lado del río puedes ver dos grandes edificios contemporáneos, la Biblioteca del Estado, proyectada por Luis Arranz, en forma de cubos entrelazados y el Palacio de Congresos y Exposiciones. Continúa tu paseo por el río y llegarás hasta el puente de hierro, el del ferrocarril, construído en la segunda mitad del siglo XIX. Puedes seguir por los paseos del río Albarregas y encontrarás el puente que los romanos levantaron para salvar este río. Al fondo, el Acueducto de los Milagros. Solo cuando estés junto a alguno de sus pilares de granito y ladrillo comprenderás la monumentalidad de la arquitectura e ingeniería romanas.
Continúa por la Calle Marquesa de Pinares y después sigue por la Avda. de Extremadura. A solo unos metros te encontrarás con un conjunto sorprendente, el dedicado a la mártir emeritense Eulalia, patrona de la ciudad. El Hornito de Santa Eulalia es una capilla levantada para albergar una imagen de la santa y evocar el horno donde fue martirizada. En el siglo XVII se reformó y se ornamentó con elementos de un templo romano dedicado al dios de la guerra, a Marte. La Basílica de Santa Eulalia se comenzó a edificar, trás la reconquista de Mérida en 1230, sobre los restos de una antigua basílica paleocristiana también dedicada a Eulalia. Las reformas que tuvieron que realizarse a lo largo del tiempo hace que podamos contemplar en ella elementos de diferentes estilos artísticos. A los pies de la Basílica, puedes ver el Convento levantado en el siglo XVI para albergar a las freylas de Santiago. En la Cripta, podrás conocer la evolución histórica de esta zona de la ciudad: casas romanas, necrópolis cristiana (desde el siglo IV) en la que se construyó un mausoleo en memoria de la Mártir, basílica dedicada a Eulalia (s. V) y la iglesia actual (desde 1230 hasta el presente).
Combina los dos recorridos que proponemos en la Propuesta 2. Te llevarás una visión bastante completa de la ciudad. Conocerás su patrimonio arqueológico -que le ha hecho estar entre los enclaves Patrimonio de la Humanidad- y conocerás como la historia va dejando su huella en una ciudad -lo que la hace especialmente singular-.
Tendrás tiempo de pasear tranquilamente por Mérida; recorre las calles del centro de la ciudad y encontrarás edificio que te sorprenderán:
– Casas de los primeros años del siglo XX con una estética modernista como la que hace esquina entre las calles John Lennon y Romero Leal, la de la calle Berzocana o la de la calle Cárdenas.
– Visita el Mercado de Calatrava en la calle Santa Eulalia. Un precioso edificio neomudéjar de finales del siglo XIX. Si puedes entrar, fíjate en las columnillas de hierro que soportan la techumbre. Y ya que estamos con la arquitectura del hierro, no dejes de ir al Hotel Ilunion Mérida Palace, antiguo Palacio de los Mendoza, en la Plaza de España, para conocer el patio neoárabe con yesería, azulejos y la estructura de este metal.
– Si quieres conocer el comercio más antiguo de la ciudad que aún se mantiene activo, visita la Confitería Gutierrez, fundada en 1827, en la Plaza de España. En su interio podrás ver la decoración de azulejos que se añadió en 1935. En esta Confitería se hacen unos caramelos únicos: los caramelos de la Mártir.
– Y si te gusta la decoración con azulejos, fíjate, en la misma Plaza de España, en los que decoran el Palacio de la China o recorriendo la calle Santa Eulalia, en los azulejos de un comercio que reproducen carteles publicitarios que tuvieron un gran eco a finales del siglo XIX y principios del siglo XX: el de “Anís del mono”, diseñado en 1898 por Ramón Casas o el de Chocolate Amatller, realizado por Rafael Penagos en 1914.
– Si lo que te gusta es la arquitectura más de vanguardia, en Mérida podrás admirar buenos ejemplos: el Puente Lusitania de Santiago Calatrava, el edificio de la Nuevas Consejerías, de Navarro Baldeweg; la Escuela de Administración Pública de Sáenz de Oíza, la Biblioteca Pública “Jesús Delgado Valhondo”, el Palacio de Congresos o el edificio de Telefónica, al otro lado del río.
– La escultura urbana es otro de los puntos fuertes de Mérida. Reproducciones de esculturas de época romana, obras del escultor emeritense Juan de Ávalos (con colección propia en el Museo El Costurero), o más vanguardistas como Las Siete Sillas de Rufino Mesa en la margen izquierda del Guadiana o El Porteador, del mismo autor, en la Plaza Margarita Xirgu, por poner algunos ejemplos.
Puedes dedicar parte de tu tiempo a visitar los dos embalses de origen romano próximos a la ciudad y de los que se surtía de agua a Mérida en época antigua: Cornalvo y Proserpina. En cualquiera de ellos podrás, si te gusta caminar, hacer una buena ruta.
Si aún tienes tiempo, la situación central de Mérida en Extremadura te permite realizar excursiones de un día o de mediodía para conocer alguna otra ciudad. Mira nuestra Propuesta 5.
Aquí tienes los dos recorridos de la Propuesta 2:
Opción 1. Mérida arqueológica. Si lo tuyo es la arqueología y el mundo antiguo, no lo dudes. Dedícate a recorrer los recintos arqueológicos.
Al lado del Hotel tienes la Casa del Mitreo. Allí mismo puedes comprar la entrada que te servirá para acceder a todos los recintos. Es una casa señorial en la que podrás comprender fácilmente como se estructuraban las casas de este tipo. Sus espacios estrictamente familiares y sus espacios sociales destinados a negocios o a recibir a invitados.
En el pavimento de una de sus salas contemplarás uno de los mosaicos más interesantes de los conservados en Mérida: el Mosaico Cosmológico. Una visión antropomórfica del mundo entonces conocido. El cielo, las nubes, los vientos, las estaciones del año, los montes, los ríos, los océanos…y las fuerzas que lo gobernaban
Desde la casa de Mitreo, un camino flanqueado de cipreses y rosales te dirigirá hasta Los Columbarios con su centro de interpretación del mundo funerario romano. A la salida, en la vía pública, puedes contemplar un fragmento del acueducto Aqua Augusta procedente de Cornalvo.
El siguiente recinto será el del Teatro y Anfiteatro romanos. Sigue el recorrido que allí te indican y no te perderás ningún detalle. Seguro que has visto muchas fotografías del frente escénico del teatro pero solo cuando lo veas con tus propios ojos y te situes delante de él, entenderás la fascinación que provoca a todos los que han tenido la suerte de contemplarlo.
Ahora te puedes dirigir al Circo romano. Es un pequeño paseo de unos diez minutos. Pasarás por el Museo Abierto de Mérida donde podrás visitar los Museos de Prehistoria y de Geología. También puedes aprovechar para interiorizar todas las cosas bellas que ya has visitado. Guárdalas en tu memoria porque disfrutarás de nuevo de ellas cuando las recuerdes. En el Circo tienes un pequeño Centro de interpretación y un audiovisual que te ayudarán a conocer mejor este edificio. No te vayas sin subir a la terraza y contemplar, desde allí, una panorámica de todo el monumento. Al fondo, puedes ver el Silo, un edificio construído en 1951. Actualmente, es de los pocos edificios de la arquitectura industrial que se conservan en la ciudad como testimonio del desarrollo que este sector vivió en la ciudad en la década de los cincuenta del siglo XX.
Desde esta terraza también podrás ver el Acueducto de San Lázaro. De la conducción romana quedan tres pilares y los arcos intermedios. La otra que ves, se levantó en el siglo XVI. Al lado del acueducto, se conservan los restos de unos baños públicos construidos en el siglo II.
El siguiente recinto que puedes visitar es la Cripta de Santa Eulalia. En realidad, verás un conjunto de edificaciones levantadas para honrar a la mártir Santa Eulalia, patrona de la ciudad. Te encontrarás con una pequeña capilla construída para albergar una imagen de la santa y evocar el horno donde fue martirizada. Es el Hornito de Santa Eulalia, el lugar de culto a la mártir de mayor devoción popular. En el siglo XVII se reformó la capilla y se ornamentó con elementos de un templo romano dedicado al dios de la guerra, a Marte. La actual Basílica de Santa Eulalia se comenzó a edificar, trás la reconquista de Mérida en 1230, sobre los restos de una antigua basílica paleocristiana también dedicada a Eulalia. Las reformas que tuvieron que realizarse a lo largo del tiempo hace que podamos contemplar en ella elementos de diferentes estilos artísticos. A los pies de la Basílica, puedes ver el Convento levantado en el siglo XVI para albergar a las freylas de Santiago. En la Cripta, podrás conocer la evolución histórica de esta zona de la ciudad: casas romanas, necrópolis cristiana (desde el siglo IV) en la que se construyó un mausoleo en memoria de la Mártir, basílica dedicada a Eulalia (s. V) y la iglesia actual (desde 1230 hasta el presente).
Ahora puedes dirigirte a Morería. Da un paseo y hazlo dando un pequeño rodeo por la calle Marquesa de Pinares. No lo dudes, vas a poder pasear por debajo de la arquería de granito y ladrillo del impresionante Acueducto de los Milagros. Al lado, tienes el puente romano del río Albarregas. Si sigues por el paseo de este río, llegarás al del Guadiana y podrás conocer el Puente de hierro, construído en la segunda mitad del siglo XIX. Continúa por los paseos del Guadiana y llegarás al Área arqueológica de Morería. En este recinto podrás ver la evolución de un barrio romano hasta la actualidad. Sobre el yacimiento se levanta el edificio de las Nuevas Consejerías diseñado por Navarro Baldeweg.
Ya sólo te queda dirigirte al puente romano sobre el Guadiana, recorrer un tramo para poder ver el dique romano sobre el que se adosó la muralla de la Alcazaba y finalizar tu visita a los recintos entrando en la Alcazaba árabe. Este magnífico edificio es el paradigma de los 2000 años de historia de la ciudad. No dejes de visitarlo. El Hotel Vettonia te recomienda hacer dos cosas imprescindibles en este recinto: visitar el Aljibe, que reaprovecha bellísimas pilastras visigodas en sus entradas, y subir a la muralla de la Alcazaba. Desde aquí podrás ver el Guadiana, el puente romano y la Mérida más contemporánea, la surgida con el desarrollo urbanístico de los años ochenta del pasado siglo. No es casualidad que te hayamos indicado este recinto como el último de tu visita. Si tienes suerte, incluso podrás ver anochecer desde uno de los enclaves más espectaculares de la ciudad.
Opción 2. Mérida patrimonial. Si quieres tener una visión global de Mérida, conocer las huellas que dejan en una ciudad dos mil años de historia, te proponemos otro recorrido.
Al lado del Hotel se encuentra la Plaza de Toros. Inaugurada en 1914, responde a una construcción neomudéjar. Actualmente, en su interior se ha establecido el Mercado de San Albín -por el nombre del cerro donde se asienta- donde diferentes locales ofrecen tapas muy variadas. Al lado, encontrarás la Casa del Mitreo. Es una casa señorial en la que podrás comprender fácilmente como se estructuraban las casas de este tipo. Sus espacios estrictamente familiares y sus espacios sociales destinados a negocios o a recibir a invitados.
En el pavimento de una de sus salas contemplarás uno de los mosaicos más interesantes de los conservados en Mérida: el Mosaico Cosmológico. Una visión antropomórfica del mundo entonces conocido. El cielo, las nubes, los vientos, las estaciones del año, los ríos, los océanos…
Desde la casa de Mitreo, un camino flanqueado de cipreses y rosales te dirigirá hasta Los Columbarios con su centro de interpretación del mundo funerario romano. A la salida, en la vía pública, puedes contemplar un fragmento del acueducto Aqua Augusta procedente de Cornalvo.
El siguiente recinto será el del Teatro y Anfiteatro romanos. Sigue el recorrido que allí te indican y no te perderás ningún detalle. Seguro que has visto muchas fotografías del frente escénico del teatro pero solo cuando lo veas con tus propios ojos y te situes delante de él, entenderás la fascinación que provoca a todos los que han tenido la suerte de contemplarlo.
Visita el Museo Nacional de Arte Romano. Proyectado por Rafael Moneo, fue inaugurado en 1986. Su imponente y sobria fachada recubierta de ladrillo quizás te sugiera, como pretendía el arquitecto, “el orden de las dimensiones que, sin duda, tuvo en su día la Mérida romana”. Desde el exterior, podrás contemplar una calzada romana que, junto a otros restos arqueológicos hallados durante las excavaciones del solar, ha quedado integrada en el edificio. El Museo alberga la colección de piezas más importante de la Hispania romana. No te lo pierdas.
Continúa por la misma calle hasta llegar a la de Sagasta. En ella encontrarás el Pórtico del foro colonial. El foro en la ciudad romana era el lugar donde se desarrollaba gran parte de la vida pública de los ciudadanos: la política, el comercio, la justicia o el culto a los dioses. Un espacio similar a las actuales Plazas Mayores. En el caso de Mérida, el foro se desarrolla en dos espacios: uno, en torno a este Pórtico y el otro, presidido por el Templo de Diana, con una gran plaza en su frente, que podrás contemplar bajando un poco más la calle.
Ahora puedes dirigirte hacia el Arco de Trajano. Por él se accedía a una gran plaza porticada presidida por un templo dedicado al culto imperial provincial -calle Holguín-. Al fondo de la plazoleta, puedes contemplar el Convento de las Concepcionistas, el último de los numeros conventos de Mérida que mantuvo su función original. Fundado a finales del siglo XVI, cuenta con dos portadas renacentistas de tradición gótica, adornadas posteriormente con motivos barrocos en el siglo XVIII.
Unos metros más adelante, en la Plaza de la Constitución, podrás ver el Parador de Mérida. Fue inaugurado en 1933, en el edificio que fue Convento-Hospital para convalecientes pobres que estuvo a cargo de los hermanos de la Orden Hospitalaria de Jesús Nazareno. El convento data del siglo XVIII. Entra en el Parador, a la derecha hay un salón en lo que fue la capilla del convento. Puedes visitar también el Claustro. Fíjate en las columnas. Son de época romana y reaprovechadas en el período musulmán como puedes ver en las grafías que conservan algunas de ellas. Al fondo del claustro, un pasillo te dirigirá al Jardín de Antigüedades. Se trata de la primera colección de piezas antiguas que, con carácter público, se instaló en Mérida.
Vuelve hacia la Plaza de España. Te sorprenderá. Es una plaza porticada cuyo origen se remonta a la época medieval. Las transformaciones más importantes se produjeron en el siglo XIX y principios del XX. A esas fechas corresponde la elevación de la plataforma central, la fuente y la mayoría de los edificios que actualmente rodean la plaza: el Ayuntamiento, el Casino, el Palacio de la China o las viviendas. Construcciones historicistas -neoclásicas, neoárabes- que conviven con edificios más antiguos, de origen medieval, como el Palacio de los Mendoza -Hotel Ilunion Mérida Palace- o la Concatedral de Santa María. Entra en el Hotel, visita su patio y por un pasillo que hay a la derecha podrás acceder a la entrada de una casa del siglo XIX que se unió al Palacio para ampliar el hotel. En esta entrada podrás ver un patio neoárabe de comienzos del siglo XX, decorado con una estructura de hierro, yesería y azulejos. Espectacular.
En la Plaza, si el buen tiempo te acompaña, podrás conocer el ambiente más genuino de Mérida.
Dirígete al Puente romano sobre el Guadiana. Puedes bajar al río y pasar por uno de sus ojos o puedes recorrerlo y llegar hasta el río por alguno de sus descendederos. Tu eliges. Después, entra en el recinto de la Alcazaba árabe. Este magnífico edificio es el paradigma de los 2000 años de historia de la ciudad. No dejes de visitarlo. El Hotel Vettonia te recomienda hacer dos cosas imprescindibles en este recinto: visitar el Aljibe, que reaprovecha en sus entradas bellísimas pilastras visigodas, y subir a la muralla de la Alcazaba. Desde aquí podrás ver el Guadiana, el puente romano y la Mérida más contemporánea, la surgida con el desarrollo urbanístico de los años ochenta del pasado siglo.
¿Te gusta pasear? Pues hazlo por los caminos acondicionados junto al río. Podrás ver el edificio de las Nuevas Consejerías, de Navarro Baldeweg. Pasarás por el Puente Lusitania, de Santiago Caltrava. Al otro lado del río puedes ver dos grandes edificios contemporáneos, la Biblioteca del Estado, proyectada por Luis Arranz, en forma de cubos entrelazados y el Palacio de Congresos y Exposiciones. Continúa tu paseo por el río y llegarás hasta el puente de hierro, el del ferrocarril, construído en la segunda mitad del siglo XIX. Puedes seguir por los paseos del río Albarregas y encontrarás el puente que los romanos levantaron para salvar este río. Al fondo, el Acueducto de los Milagros. Solo cuando estés junto a alguno de sus pilares de granito y ladrillo comprenderás la monumentalidad de la arquitectura e ingeniería romanas.
Continúa por la Calle Marquesa de Pinares y después sigue por la Avda. de Extremadura. A solo unos metros te encontrarás con un conjunto sorprendente, el dedicado a la mártir emeritense Eulalia, patrona de la ciudad. El Hornito de Santa Eulalia es una capilla levantada para albergar una imagen de la santa y evocar el horno donde fue martirizada. En el siglo XVII se reformó y se ornamentó con elementos de un templo romano dedicado al dios de la guerra, a Marte. La Basílica de Santa Eulalia se comenzó a edificar, trás la reconquista de Mérida en 1230, sobre los restos de una antigua basílica paleocristiana también dedicada a Eulalia. Las reformas que tuvieron que realizarse a lo largo del tiempo hace que podamos contemplar en ella elementos de diferentes estilos artísticos. A los pies de la Basílica, puedes ver el Convento levantado en el siglo XVI para albergar a las freylas de Santiago. En la Cripta, podrás conocer la evolución histórica de esta zona de la ciudad: casas romanas, necrópolis cristiana (desde el siglo IV) en la que se construyó un mausoleo en memoria de la Mártir, basílica dedicada a Eulalia (s. V) y la iglesia actual (desde 1230 hasta el presente).
Nos gustaría recomendarte que conocieras toda Extremadura. La naturaleza y el patrimonio fluyen en cada uno de sus rincones. Si no la conoces, te sorprenderás; si ya has venido en otras ocasiones, querrás seguir haciéndolo. Siempre te quedarán sitios por decubrir. Y por si eso fuera poco, tenemos el aire con mayor calidad de España (según el informe de junio de 2015 de Greenpeace). http://turismoextremadura.com/
Entre los lugares más cercanos, hemos seleccionado estos:
Parque Natural de Cornalvo. A 10 km de Mérida. Una presa romana, dehesas de alcornoques y encinas, bosque y matorral mediterráneo y una fauna diversa hacen de este Parque el emplazamiento más cercano a Mérida donde disfrutar plenamente de la naturaleza.
Pantano de Proserpina. A 7 km de Mérida. Para los emeritenses, “La Charca”. Al igual que la Presa de Cornalvo, la de Proserpina se construyó para surtir de agua a la antigua Augusta Emerita. El entorno actual del embalse está bastante urbanizado; aún así, el camino perimetral permite realizar una agradable ruta de unos 6 km. Sin duda, Proserpina es el lugar de ocio preferido por los emeritenses: baños en sus playas de agua dulce, paseos o comidas/cenas en sus chiringuitos.
Termas romanas de Alange. A 21 km de Mérida. Forman parte del Conjunto arqueológico de Mérida declarado Patrimonio de la Humanidad. Las ampliaciones realizadas en el siglo XIX junto con los baños originales, harán que disfrutes de un lujo que, seguro, te puedes permitir.
Dolmen de Lácara. A 25 Km de Mérida. Hay que ir a Aljucén y desde allí continuar por la carretera de La Nava de Santiago. Impresionante monumento megalítico de carácter funerario.
Medellín. A 42 km de Mérida. Es un bonito pueblo extremeño con un importantísimo patrimonio. A su Castillo medieval o su puente del siglo XVII sobre el Guadiana, se ha añadido recientemente un importante teatro de época romana excavado en los últimos años.
Zafra. A 60 km de Mérida. Una ciudad llena de historia en la que disfrutarás paseando por sus calles y plazas así como visitando edificios tan bellos como el Alcázar de los Duques de Feria -Parador de Turismo-, el Convento de Santa Clara y muchos más. Si tu estancia coincide con la celebración de la Feria de Ganado, no dejes de asistir (finales de septiembre-primeros de octubre). La Feria Internacional ganadera de Zafra es una de las más importantes del sector.
Badajoz. A 61 km. Visitar la Alcazaba o pasear por su Plaza Alta ya merecen el viaje. Si encima coincide tu estancia con los carnavales, ve a conocerlos. Los carnavales de Badajoz han sido declarados Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Cáceres. A 65 km. La Ciudad Antigua de Cáceres no te dejará indiferente. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, su casco antiguo es uno de los conjuntos medievales y renacentista mejor conservados de Europa.
Guadalupe. A 127 km. Recorrer sus calles empedradas, contemplar la arquitectura serrana con balcones de madera y soportales y, por supuesto, visitar el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, declarado Patrimonio de la Humanidad.
Trujillo. A 90 km. Su Plaza Mayor, su castillo, sus iglesias, sus palacios renacentista merecen una visita a esta bellísima ciudad. Si tu estancia coincide con la Feria Nacional del Queso, en la primera semana de mayo, no lo dudes, tienes que ir.
Elvas (Portugal). A 81 km de Mérida, a 20 de Badajoz. Su cercanía, su acueducto y sus fortificaciones, declaradas Patrimonio de la Humanidad, hacen que la elijamos para recomendártela. Los extremeños nos sentimos un poco portugueses. Ir a Elvas a pasear por sus calles, hacer compras o comer, forma parte de nuestra cotidianeidad. No te lo pierdas.